martes 10/10/2017
Qué ver y qué hacer en el Fin del Mundo
A orillas del extenso Canal de Beagle, es una conjugación final de montañas, bosques, glaciares, mar y por sobre todo viento.
Al sur, bien al sur, la ciudad de Ushuaia, construida casi en su totalidad por presidiarios se encuentra rodeada por los montes Martial, Olivia y Cinco Hermanos. Es la capital de Tierra del Fuego y uno de los destinos de la Argentina más visitados por los turistas extranjeros que llegan atraídos por el impactante paisaje que conforma, y por ser el poblado más austral del planeta. Si bien en verano más de la mitad del día tiene luz natural, durante el invierno apenas llega a las siete horas. Esa característica no representa en modo alguno un impedimento para la aventura y la diversión.
Más conocida como la “Ciudad del Fin del Mundo” tiene preparado para el visitante todo tipo de actividades. Comenzando por las deportivas que van desde navegación, trecking, esquí, golf, buceo y escalada en hielo, hasta culturales para poder adentrarse en la verdadera historia que le dio vida a este hermoso lugar hace poco más de 100 años. Para destacar: el servicio de hotelería de primer nivel, y encantadores restaurantes donde disfrutar de una centolla o un cordero patagónico a la cruz.
Sin grandes dimensiones sobre tierra, la ciudad es pintoresca y colorida. A orillas del extenso Canal de Beagle, es una conjugación final de montañas, bosques, glaciares, mar y por sobre todo viento. Según cuentan los pobladores, su nombre en lengua yámana significa “bahía mirando al poniente”. Y es por ello también un destino por excelencia para el amarre de importantes cruceros. Posee un aeropuerto internacional con modernos equipamientos que le garantizan operatividad más allá de las condiciones climáticas. A nivel turístico, representa el último eslabón del Corredor Austral compuesto por Bariloche y El Calafate, puerta de entrada al continente Antártico.
Un poco de historia
Cada uno de sus museos permiten al viajero recorrer los acontecimientos y costumbres de los habitantes que pasaron por estas tierras sureñas entre indígenas, colonizadores, piratas y fundadores. Uno de los primeros es el Museo del Fin del Mundo (Maipú 173) que abre de lunes a sábados, de 12 a 19. Con el mismo ticket también podrá pasear por la antigua Casa de Gobierno (Maipú 465). Entre los más interesantes está el Marítimo, donde funcionaba el viejo presidio (Yaganes y Gob. Paz) al que puede asistirse entre las 10 y las 20, por 15 dólares. Está muy cerca del centro, en la base naval. Allí, se visitan pabellones que funcionaban hace 70 años, en las mismas condiciones. La historia de esta cárcel esta íntimamente ligada a la ciudad, ya que los presos trabajaban en sus talleres para proveer de artículos al poblado y afuera construían calles, puentes y edificios. Por último, el Yámana (Rivadavia 56) abierto entre las 12 y las 19, y el de la Ciudad (Maipú y Plüschow) con entrada libre y acceso entre las 11 y las 18.
Actividades al aire libre
La lista de actividades que pueden realizarse en este destino es interminable. Y es que además de naturalmente poseer escenarios para el deporte, se preparó la infraestructura necesaria para brindar los más variados y completos servicios. Permite hacer trecking, buceo, cabalgatas, mountain bike, pesca deportiva, travesías 4×4, sobrevuelos, escalada en hielo, paseos en trineos y espectaculares navegaciones por el canal de Beagle y la Bahía Lapataia, en el Parque Nacional Tierra del Fuego.
Como si eso fuera poco, a mediados de junio comienza la temporada de esquí y a escasos 26 kilómetros de la ciudad se encuentra el Cerro Castor, uno de los centros invernales más exclusivos del país con modernos medios de elevación. Se suma el Glaciar Martial, donde encontrará una aerosilla para disfrutar del impactante paisaje, una pista para los amantes de las tablas, diferentes alojamientos y casas de té.
Desde el Parque Nacional, a 12 kilómetros de la ciudad, salen las embarcaciones. En el camino, también se podrá optar por un paseo en el Tren del Fin del Mundo, que lo dejará ya dentro de las 63 hectáreas protegidas (www.trendelfindelmundo.com.ar), donde se conserva un tupido bosque andino. Uno de los atractivos en la Bahía Ensenada, será la estafeta de correo que certifica el paso por el “Fin del Mundo” y desde donde se pueden enviar postales. En la Bahía Lapataia se destacan los turbales y castoreras. Siguiendo camino es posible encontrar la Laguna Verde y la Negra, desde donde se podrá acceder al inicio de la ruta panamericana que termina en Alaska.
Ventajas para el bolsillo. La ciudad está exenta de impuesto de valor agregado (IVA), por lo que se ha convertido en los últimos años en un punto estratégico para acceder a locales libres de impuestos a lo largo de toda la avenida San Martín, en pleno centro, donde comprar perfumes, objetos de electrónica, cueros y textiles de la provincia.
Cómo llegar. Desde Buenos Aires hay varios vuelos diarios, algunos directos por tres horas y otros con escala que demoran cinco. Además, hay conexiones con otras provincias como Córdoba, Mendoza, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. En caso de arribar vía terrestre, la principal ruta es la 3, por la cual deberá cruzar en ferry el estrecho de Magallanes y transitar por Chile.
Controles. Para acceder a la ciudad hay una barrera sanitaria que ejerce un estricto control sobre productos perecederos desde carnes a frutas y verduras. Además, en caso de llevar mascotas deberá presentarse un certificado de salud, validado por el Senasa.
Fuente: Perfil