martes 22/05/2018
Los cóndores tienen en las Altas Cumbres su Parque Nacional
A una hora y media de la capital cordobesa este Parque Nacional, creado para proteger a sus cóndores y a las nacientes de varios ríos, ofrece trekking de baja intensidad al Balcón Norte y un sendero dificultoso al Balcón Sur
Una enorme llanura de altura en el oeste cordobés. Una planicie elevada que no sólo es refugio de cóndores y zorros colorados, sino también naciente de los principales ríos de la provincia. En este entorno, en el cordón central de las Sierras Grandes, se ubica el Parque Nacional Quebrada del Condorito. Hay un buen puñado de cuestiones científicas y ecológicas que motivaron su creación en 1996, pero la belleza agreste y poco conocida de este sector de la Pampa de Achala es la verdadera razón que justifica una visita. Puede ser de medio día o una jornada completa (hay opciones muy válidas como La Posta para dormir en plenas Altas Cumbres, además de que el Parque tiene designadas tres áreas de camping libre).
El camino es magnífico, muy panorámico, pero no deja de ser una cuesta; por lo que detener el auto y disponer de un tiempo para recorrerlo, es una forma de meterse en paisaje y ser parte de él. No son muchos los que lo hacen. Retraído sobre la RP 34, el acceso no es evidente y obliga a estar atento y a maniobrar con cuidado. Hasta hace pocos meses, cuando se sancionó la ley que creó el Parque Nacional Traslasierra, Condorito era, con sus 37.344 hectáreas, la única área protegida a nivel nacional de la provincia. El Centro de Visitantes donde es obligatorio anotarse funciona como punto de partida para una caminata de dos horas y media hasta el Balcón Norte. Son 6 km por un sendero autoguiado que avanza entre gruesos pajonales y cardos. Es un trekking de baja intensidad que permite sacar fotos, detenerse a leer la cartelería y contemplar la vista desde los miradores (sobre todo en días diáfanos). Desde varios puntos se aprecian, a lo lejos, el dique Los Molinos, Carlos Paz y el dique San Roque, las Sierras Chicas, el embalse de Río Tercero y hasta Córdoba Capital. Con tiempo, un par de pequeños desvíos invitan a conocer más. Uno es “Secretos bajo nuestros pies” y está dedicado a explicar los procesos de erosión y retención del agua. Una característica de esta región es la elevada altitud de su piso superior respecto de la llanura chacopampeana que la rodea, lo que le otorga condiciones de isla biogeográfica, con una gran diversidad de especies endémicas,tanto de plantas como de animales. El otro desvío es “Piedra libre al zorro”, en el que recrearon una trampa utilizada hasta mediados del siglo pasado para cazar al zorro colorado de Achala, una de esas especies propias del lugar. El guardaparques Fernando Morosini nos hace de guía hasta el Balcón Norte, justo en el borde de un cañadón de roca desnuda de 800 metros de profundidad. Desde allí se puede ver (con tiempo y paciencia) a varios cóndores volando en solitario por la zona, aprovechando las térmicas con las que tan bien saben planear. Con un poco de suerte, se los puede ver volar en grupo, en general en círculo, probablemente después de haber divisando algún animal muerto (son carroñeros).
Observarlos puede resultar hipnótico; sus vuelos parecen coreografías o improvisaciones que tienen como inspiración al viento. Para disfrutarlas, en el Balcón Norte hay, además de buenas barandas, bancos de madera donde instalarse y esperar. Según la hora, se pueden divisar mayor o menor cantidad. Generalmente, los cóndores dejan sus asentaderos por la mañana, pueden volar hasta 50 km por día, y regresan por la tarde. De los cien cóndores que tienen censados en el Parque, los juveniles son mayoría (por eso se llama Quebrada del Condorito y no Quebrada del Cóndor: las aves adultas traen a sus pichones aquí cuando tienen capacidad de volar para que aprendan a buscar alimento). Justo frente al Balcón Norte, del otro lado de la quebrada, está el Balcón Sur, el otro mirador dispuesto para la observación. Si al Norte no va gran cantidad de público, al Sur, menos que menos. Para llegar hasta allí hay que emprender una empinada bajada de 1,2 km hasta el río Los Condoritos, cruzar el puente para luego volver a subir otro tanto. La parte del descenso, hasta el río, se puede hacer por cuenta propia, pero para el ascenso es obligatorio ir acompañado de un guía de trekking, y es preciso contratarlo previamente. Del otro lado de la quebrada, el terreno es muy escarpado, más agreste y con menor señalización. Pero si se hace con guía, sólo se requieren piernas fuertes y pantalones largos para evitar raspaduras y rasguños. El periplo hasta este segundo balcón le suma un buen par de horas a la caminata, pero bien vale el esfuerzo. La vista sobre la quebrada es mucho más amplia y los asentaderos de los cóndores se distinguen mejor. Además, es hermoso sentarse a descansar después de semejante esfuerzo sobre una de las enormes rocas al sol mientras se toma un necesario tentempié. El camino de regreso repite los mismos 2,5 km que bajan hasta el río y vuelven a subir, y desde allí, esperan los 6 km hasta el Centro de Visitantes.
Al final, está claro: hacer la versión completa, con guía, redunda en una experiencia mucho más intensa y satisfactoria. No sólo es el conjunto de cóndores que se puedan ver o los jotes cabeza colorada o las águilas moras. Es todo ese entorno natural intocado, los bosques de altura de tabaquillos (con su tronco que parece hecho de centenares de capas de papel rojo transparente) y maitenes que visten las laderas y quebradas.
El aroma a menta peperina y a melisa que se desprende a cada paso. Ese relieve de laderas fuertes. El bravo río Los Condoritos allá abajo, afluente del río Segundo. Como el Parque carece de servicios, la entrada es gratis y se puede acampar en los tres sectores agrestes previstos, con el único requisito de no encender fogatas. En caso de ir con carpas, es preciso tener en cuenta la gran amplitud térmica entre el día y la noche, y llevar el abrigo suficiente. Desde una buena bolsa térmica, no hay nada mejor que dormirse mirando las estrellas, con el sonido del río contra las piedras. O sí. Existe un premio mayor: despertarse acompañados por el delicado vuelo de un cóndor.
Si pensás viajar…
PARQUE NACIONAL QUEBRADA DEL CONDORITO. RP 34 (Camino de las altas Cumbres), a 65 Km de Mina Clavero y a 55 Km de Villa Carlos Paz.
El ingreso está a la altura del Paraje la Pampilla. T: (03541) 48-4511/512 (intendencia del Parque en Carlos Paz). quebradadelcondorito@apn.gob.ar. Abierto todos los días, de 9 a 19 (se recomienda ingresar antes de las 10 para poder completar las caminatas). es obligatorio registrarse en el Centro de Visitantes al iniciar un sendero y avisar el regreso. Se puede acampar en tres sectores específicos. está prohibido hacer fogatas y es obligatorio el uso de calentador. Entrada gratuita. Guías Para realizar el sendero que lleva al Balcón Sur es obligatorio contratar (con anticipación) un guía de trekking. El PN tiene a disposición (por mail) un listado de los guías habilitados.
Martín Ávila organiza excursiones que salen desde la ciudad de Córdoba.. es recomendable contactarlo con una semana de anticipación. Son grupos de hasta 15 personas con entrenamiento medio.Niños desde los 11 años. T: (03543)-64-5601 / C: (0351) 15 590-0014. explorandomartin@gmail.com
Anahí Pomponio es otra de las guías de trekking habilitada. acompaña a grupos de hasta 10 personas y el punto de encuentro es la propia entrada del PN. Contactarla con dos o tres días de anticipación. T: (03548) 48-2191 / C: (03548) 15 57-4796; anahipomponio@hotmail.com
Gabriel Blasco. C: (0351) 15 236-8847. contacto@senderonorte.com.ar
Rodolfo Benassi. T: (0351) 488-0393 / C: (0351) 15 5051059; infogrupotrek@gmail.com
Sergio Miguel Tommasi. C: (03541) 15 57-3718/ T: (03541) 42-8492. sergiotommasi@gmail.com
Jorge Fabián Vaglienti. T: (0341) 435-1750. C: (0341) 15 542-7965.
DÓNDE DORMIR
La Posta hotel de Montaña. RP 34 Km 42, Pampa de Achala. T: (03544) 47-7284. a 10 km del Parque, es la mejor base para recorrerlo.
Fuente:la Nacion