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miércoles 22/11/2017

"En el nombre del viento": historias del nuevo auto más rápido del mundo

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La compañía estadounidense Hennessey Performance Engineering lanzó el Venom F5 con una tarjeta de presentación sorprendente: 1.622 caballos de potencia y la capacidad de alcanzar 484 kilómetros por hora. Características del hypercar que destronó al Bugatti Chiron y está inspirado en la fuerza del tornado

El fin es deliberado: hacer el auto más rápido del mundo. La búsqueda es obstinada y tal vez contracultural. John Hennessey fundó en 1991 el equipo Hennessey Performance Engineering (HPE) con un propósito: hacer que los autos veloces aceleren a mayor velocidad. Es un preparador de estirpe estadounidense focalizado en multiplicar la potencia y el coeficiente aerodinámico de deportivos, hypercars, SUV y muscle cars. Y, en consecuencia, un fabricante afín a esa práctica. Fabricó el Venom GT Spyder que ostenta el título al coupé y convertible más rápido del mundo: 427,4 kilómetros por hora, certificados aunque no homologados por el disparidad de criterios con el libro Guinness. Y presentó en el SEMA Show de Las Vegas a su nuevo dios: el Venom F5, el auto más rápido del mundo.
Siguieron un lineamiento madre: construir un vehículo de producción en serie proclamado para establecer un hito mundial en la industria automotriz con la pretensión de ser el automóvil más veloz de todos los tiempos. Lo hicieron en inspiración y homenaje al viento. John Hennessey dijo: “Esperamos que el Venom F5, nombrado así por ser el tornado más poderoso en la escala Fujita, sea el primer auto de calle capaz de alcanzar más de 300 millas por horas”.
Fujita es la escala más aceptada universalmente que calibra y clasifica la intensidad de un tornado. La categoría F5 es altamente destructiva: las casas son arrasadas y los autos vuelan absorbidos por el viento. Su velocidad oscila entre 420 y 510 kilómetros por hora. Sobrada identidad para servir de homenaje al Hennessey Venom F5, que se sustenta en una mecánica notable: motor V8 biturbo de 7,4 litros que eroga 1.622 caballos de potencia. Su resultado final es un potencial capaz de alcanzar 484 kilómetros por hora, en equivalencia una milla más de la que anhelaba el fundador y delegado consejero de la firma.
Su calidad de prestaciones abruma: acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de dos segundos, de 0 a 300 en diez y de 0 a 400 en apenas cuarenta segundos. Esta exagerada capacidad de aceleración está asociada a un tren de tracción trasera y caja secuencial de siete velocidades denominado por la firma como una “sofisticada agresividad sobre ruedas”. Su chasis y carrocería está fabricado a nuevo sobre un monocasco de fibra de carbono, que en compañía de otros materiales ultraligeros, comprenden un coeficiente de resistencia aerodinámica de 0,33 y un peso total de 1.338 kilogramos: su relación peso/potencia accede la ecuación del 1:1.
La fabricación comenzará en 2018 y sólo se construirán 24 unidades. Cada unidad de este salvaje hypercar costará 1,6 millones de dólares y aunque desde la marca no lo confirmen, se presume que ya tienen definidos a sus compradores.
Cuando el Venom GT Spyder se coronó en el altar de la velocidad, le dedicó el triunfo a su histórico competidor: “¡Vení a buscarlo Bugatti!”, provocó la firma americana arrobando a la marca premium del Grupo Volkswagen y acompañando la publicación con hashtags como #worldsfastest, #comeandtakeit. Con el Venom F5, Hennessey Performance destronó al multifacético Bugatti Chiron, ahora el segundo automóvil más rápido del mundo. El hypercar de origen francés no puede alcanzar los 450 kilómetros por hora porque carece de neumáticos homologables para semejante nivel de prestaciones. El fabricante y preparador estadounidense sí soporta velocidades similares por desarrollos de cubiertas en colaboración con otras marcas.
En la misma semana en que Hennessey presentó al Venom F5 prometió que alcanzará una velocidad superior a los 480 kilómetros por hora, apareció Koenigsegg, una marca sueca de deportivos, y su coupé Agera RS. En una ruta pública cerrada al tráfico en Pahrump, Nevada, en los Estados Unidos, circuló a 447,2 kilómetros por hora: se convirtió en el auto más rápido del mundo, certificado y homologado por el Libro Guinness de los Récords (la entidad exige dos pasadas para concebir un promedio -en una de ellas tocó los 457 kilómetros por hora). De tal forma pulverizó la plusmarca registrada en 2010 por el Bugatti Veyron Super Sport, que había conseguido una marca de 434,5 kilómetros por hora. Al menos hasta que el Venom F5 valide su potencial en pista.
Fuente: infobae/autos

Notas

Auspiciantes

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